La oca


   Cuando estoy frente a la catedral de Logroño al descender la vista descubro bajo las plantas de mis pies varios dibujos, los cuales están representando el Juego de la Oca más grande del mundo, así que podría decir: “De oca en oca tiro porque me toca”.  

   “El juego de la oca constituyó una clave de aprendizaje para el Camino” según Atienza citado por Agromayor (1975) y continúa señalando “la cantidad de pueblos y lugares que conservan una toponimia referida a la oca así como a los elementos que constituyen las reglas de ese viejo juego, intriga encontrar los ríos Oca y Oja, Anso, Ocón, el Ganso, los Montes de Oca con Villafranca en ellos, Ojacastro o el paso de Oca, precisamente en torno a la ruta y preocupa comprobar como los elementos de premio o de castigo, utilizados en las casillas del juego se corresponden con accidentes más o menos reales, aparentemente simbólicos, que están asociados a los largo del Camino sagrado de los peregrinos: los puentes, las posadas, los pozos... y hasta las cárceles, los laberintos y la misma muerte”.

   La oca como ave palmípeda participa del aire, del agua y de la tierra por lo cual es símbolo de conocimiento hermético. Este animal era para los antiguos benéfico; para los egipcios como el sol naciente al romper el huevo y jeroglífico de la muerte del faraón; para los celtas eran las aves encargadas de acortar distancias entre la tierra y los infiernos; los bretones no comen su carne por considerarla sagrada por lo que no la comen y los gallegos incluían sus plumas en ritos mágicos.

   En el patio del albergue de Logroño hay una pequeña “piscina para pies”, lo cual provoca que a su alrededor estemos varios disfrutando del agua.

   Al anochecer en el albergue asciendo unas escaleras que usan de asientos varios peregrinos para hacer tertulia y llegó a la parte más alta para mirar desde una amplia panorámica Logroño nocturno. También contempló el espectáculo de las cigüeñas durmiendo en varios sitios, que aunque no son ocas ni gansos, me dejan volar con ellas en mi imaginación hacia lugares recónditos en África hacia donde emigrarán. Así como también las cigüeñas están asociadas a la fecundidad las tomó como símbolo de mi renacimiento en esta ruta.

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